La llegada del verano estimula nuestro paladar y el deseo de sabores frescos y ligeros. El buen tiempo fomenta el consumo de comidas al aire libre, tal vez en la terraza o en el jardín, en compañía de amigos o con toda la familia.
Las hortalizas y los productos de temporada nos permiten servir platos sabrosos y delicados, perfectos para degustar con una buena copa de vino que realce sus aromas y sabores: es hora de poner sobre la mesa los mejores vinos blancos espumosos.
Con qué alimentos combinar el vino blanco espumoso
El vino blanco espumoso es, sin lugar a dudas, el protagonista de los aperitivos y los entrantes, pero esto no significa que este vino no sea adecuado también para acompañar toda la comida.
Combina perfectamente con aperitivos como los canapés, los beignet salados, los volovanes, los patés y los cócteles de gambas, pero también con las ostras y las crudités. En resumen, si bien es cierto que los vinos blancos espumosos combinan a la perfección con los canapés y los aperitivos de pescado, también maridan muy bien con quesos blandos y no curados o con embutidos de sabor suave, como la mortadela y el jamón cocido. En cambio, no se recomienda servirlos con quesos azules, como el gorgonzola, o con embutidos de sabor intenso y picante como, por ejemplo, el speck.
Los vinos blancos espumosos también pueden ser el acompañamiento prefecto para un primer plato, especialmente en el caso de los risottos, los pasteles salados y las pastas a base de calabacín, calabaza, coliflor, espinacas, verduras con nervio y todos los vegetales con un regusto ligeramente amargo, como el radicchio y los espárragos.
Para el segundo plato, resultan ideales con carne de pollo y de pavo; sin embargo, sus cualidades combinan mejor con el pescado y el marisco, incluyendo los carpaccios. El error que a menudo se comete con los vinos blancos, tanto secos como espumosos, es consumirlos junto con los postres, en cuyo caso son mucho más recomendables los vinos fortificados, el moscatel o los vinos tintos dulces.
Las mejores clases de vino espumoso para comer y cómo servirlos
Entre los mejores y más refinados vinos blancos espumosos encontramos algunas excelencias del territorio italiano, tales como:
- Prosecco (Véneto).
- Verduzzo (Véneto).
- Müller-Thurgau (Trentino).
- Moscato (Piamonte).
- Zibibbo (Sicilia).
- Blanc de Morgex (Valle de Aosta).
El vino blanco espumoso debe servirse a una temperatura de entre 6 y 8 grados, y se recomienda degustar estos vinos de forma estrictamente «pura», es decir, sin agregarles zumos de fruta o siropes, para no alterar su sabor. La copa ideal para servir vinos blancos espumosos es la clásica copa de flauta, ya que preserva mejor los aromas y las burbujas.
Conservación del vino blanco espumoso
Para preservar en óptimas condiciones el vino blanco espumoso, basta seguir algunas simples reglas:
- Guarda la botella en posición horizontal para que el vino permanezca en contacto con el corcho, evitando que se seque, y recuerda volver a ponerla suavemente en vertical un día antes de abrirla.
- Asegúrate de colocar las botellas en un soporte que absorba las vibraciones.
- Mantén las botellas alejadas de la luz directa, de olores intensos y a una temperatura constante de entre 12 y 14 grados.
- Si se colocan en una cámara de vino con botellas de otro tipo, los vinos blancos espumosos se deben colocar en el estante más bajo, donde la temperatura es generalmente más fresca.
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