Por fin ha llegado el verano, con todos sus aromas y sonidos: el canto de las cigarras, el vaivén de las olas, el piar de las aves y ese inconfundible «ZZZZZZZ»... el sonido de los mosquitos, los invitados no deseados de nuestras barbacoas y un molesto acompañamiento para los aperitivos en la terraza.
Afortunadamente, la naturaleza nos brinda un excelente aliado para hacer que las noches de verano sean más agradables. La citronela.
Un repelente de hoja perenne
La citronela es una planta herbácea perenne originaria de las regiones cálidas y tropicales del sur de Asia. En inglés, también se la conoce como «lemongrass». Sus hojas son muy largas y de color verde intenso. Su olor recuerda al limón, una característica que también la hace adecuada para preparar salsas, sopas e infusiones. La eficacia de la citronela como planta antimosquitos deriva de su olor, que los insectos encuentran desagradable.
Dónde encontrarla
Las variedades de citronela más repelentes son: Cymbopogon nardus, Cymbopogon citratus y Cymbopogon winterianus. Puedes encontrar fácilmente las plantas para cultivarlas en macetas o en el jardín en viveros y ferias dedicadas a jardines y huertos. Las semillas se venden en tiendas de jardinería y en internet.
Cómo cultivarla
En el jardín
Colócala en lugares resguardados, cerca de arbustos o plantas ornamentales, para que no sufra demasiado frío en invierno. Recuerda que la planta empieza a sufrir cuando la temperatura desciende por debajo de los 8 °C.
En una maceta
En primavera, coloca la planta en el área más soleada del balcón, y en otoño o invierno dentro de casa, cerca de una ventana. Si prefieres empezar con semillas, debes plantarlas en marzo y julio.
Riego
Regular y frecuente, sobre todo en verano.
Cuidado
Retírale las hojas secas, poda las partes de la planta que parezcan débiles en otoño y no permitas que el agua se estanque en los platillos ya que las raíces de la planta podrían pudrirse. Tamaño Puede alcanzar una altura de 1 metro y sus hojas pueden crecer hasta 60-70 centímetros de largo.
Disfruta del verano… ¡sin mosquitos!