Si hay algo de lo que podemos estar seguros en casa, es de que todos los dispositivos electrónicos consumen energía. Pero ¿de cuánta estamos hablando exactamente? La respuesta a esta pregunta puede variar considerablemente según su tipo, clase energética, antigüedad y estado.
La cocina suele ser la estancia que contiene más electrodomésticos. Si no se desperdicia energía y se optimiza el uso de varios electrodomésticos, entonces tu hogar está en camino de convertirse en un ejemplo de consumo inteligente.
Ya se sabe que los frigoríficos consumen mucha energía. Si el tuyo tiene más de 10 años, cámbialo por un nuevo modelo energéticamente eficiente. Los modelos recientes son mucho más eficientes en términos de eficiencia que los modelos anteriores, y no son necesariamente caros. Comprueba la etiqueta energética y el precio del electrodoméstico para encontrar el más adecuado para ti.
Los hornos también requieren mucha energía para calentarse a altas temperaturas y garantizar una cocción óptima de los alimentos. Por lo tanto, es importante tomar algunas precauciones para optimizar su uso. Por ejemplo, cuando abrimos la puerta a menudo para comprobar el progreso de la cocción, el consumo se dispara, ya que el horno debe volver a la temperatura adecuada. Así que evita hacerlo, y evita también dejarlo vacío durante mucho tiempo una vez que haya alcanzado la temperatura requerida... ¡esto es un claro desperdicio de energía! Además, comprueba siempre que las juntas de la puerta estén en buenas condiciones y que los ventiladores funcionen correctamente, tanto por razones de seguridad como para garantizar una alta eficiencia energética.