Los cuchillos son sin duda unos de los objetos más útiles (y usados) en la cocina. Aunque hoy en día se fabrican con tipos de acero que hacen que sean más duraderos y afilados que en el pasado, es muy importante recordar cuidarlos mediante un mantenimiento regular y algunas precauciones menores. Hablemos de las medidas que debemos tomar para que nuestros cuchillos estén siempre listos para nuestras tareas culinarias.
Un buen primer paso para mantener el rendimiento de un cuchillo es usarlo correctamente: hay cuchillos diseñados para cada trabajo y para cada tipo de corte en la cocina. Aunque los cuchillos como los de picar son adecuados para cortar carne, pescado y verduras, un cuchillo para verduras, por ejemplo, no es necesariamente adecuado para cortar carne o pescado. Obviamente, las cosas se complican aún más cuando se trata de tareas como filetear o deshuesar, que requieren cuchillos específicos, en parte para garantizar nuestra seguridad en la cocina. Recuerda cortar siempre sobre una tabla de cortar especial de madera o de plástico y nunca sobre superficies de cristal.
Las hojas siempre deben afilarse con mucho cuidado. Independientemente del tipo de cuchillo, no se recomienda el uso de chairas durante períodos prolongados; es mucho mejor usar la piedra adecuada u optar por la solución más práctica: llevar los cuchillos a un afilador profesional. Con hacerlo una vez al año es suficiente.
Es importante no cometer el error de almacenar cuchillos en un cajón: esto provocará que las hojas raspen y choquen con otras herramientas, lo que las daña y las desafila rápidamente. La solución ideal es tener un bloque de cuchillos o una barra de cuchillos magnética, que también te permitirá tenerlos todos a mano. Sin embargo, si el espacio es un problema, las fundas de plástico o silicona pueden ser una buena opción.