Tenemos que confesarlo: basta el aroma del pan casero recién hecho para transportarnos a nuestra infancia, cuando ayudábamos a nuestras madres y abuelas a elaborarlo con unos gestos sencillos llenos de cariño. El pan es el símbolo por excelencia del alimento sabroso (¿quién se puede resistir a su aroma y su sabor inconfundibles?) y que transmite felicidad, pues alegra una mesa con su mera presencia.
Hacen falta 5 ingredientes básicos para que se opere esta magia: harina (480 g), agua (250 ml), aceite de oliva virgen extra (60 ml), levadura fresca (20 g) y sal (10 g). También puedes añadir cualquier otro ingrediente que se te ocurra, como aceitunas, frutos secos y tomates deshidratados, para intentar imitar en casa las exquisitas especialidades que se exponen en tu panadería de confianza.
El modo de elaboración es el siguiente:
- Disuelve la levadura en 60 ml de agua tibia, incorpórala a la harina y amasa.
- Añade el agua reservada y el aceite de oliva a la mezcla y sigue amasando.
- Cuando se hayan absorbido todos los líquidos y la levadura esté perfectamente mezclada con la harina, añade la sal.
- Amasa durante unos diez minutos para activar la levadura.
- Cubre la masa con un paño o con film plástico y deja reposar durante unas 2 horas.
- Cuando haya transcurrido el tiempo necesario, amasa de nuevo y dale la forma que desees. Finalmente, aplica aceite de oliva con una brocha.
En este punto, hay dos opciones: puedes hornear el pan en el horno tradicional o... introducirlo en el horno de vapor Smart Steam de Candy. El horno que, con un simple toque, llevará a tu hogar las ventajas de este tipo de cocción. La cocción con vapor nos permite obtener unos panes, pizzas y pasteles esponjosos y ligeros, con un aspecto aún más apetitoso. Ni tus amigos ni tus familiares podrán resistirse a su potente aroma.