La llegada del otoño, una estación que para muchos es fascinante por sus colores y su ambiente, coincide con una actividad típica de esta época: el cambio de temporada del armario.
No se trata de una operación trivial, al contrario, es considerada por muchos como un motivo de estrés y malestar, pero debe hacerse y puede ser también una buena oportunidad para eliminar la ropa y/o los accesorios que ya no se utilizan o, en el caso de la ropa y los zapatos de los niños, para deshacerse de lo que, con el crecimiento, ya no va a ir bien el próximo verano.
En esta guía hay algunos consejos útiles sobre cómo guardar los artículos de la temporada pasada y organizar el armario con los de la actual. Veamos cómo lavar la ropa para guardarla durante unos meses y cómo conservarla de la forma más correcta con la ayuda de productos comerciales y/o métodos naturales como las bolsas de lavanda, por ejemplo. ¿Cuáles son los electrodomésticos a utilizar para hacer todo esto en el menor tiempo posible y con los mejores resultados?
Los electrodomésticos
Una de las cosas que hay que hacer en vista del cambio de temporada del armario es seguramente la de lavar y secar las prendas de verano y luego guardarlas frescas y bien limpias, pero también lavar, o al menos refrescar, las prendas de otoño e invierno que no se sacan del armario.
Durante el periodo de no uso, de hecho, sobre todo si el armario no se ventila periódicamente, las prendas podrían impregnarse de malos olores como el de "cerrado", que en un armario, por muy bien conservado y desodorizado que esté, inevitablemente se crea.
Hoy en día la tecnología ha dado grandes pasos y en el mercado hay lavadoras de carga frontal, carga superior y secadoras con las que es posible obtener lavados perfectos gracias a las funciones de las que disponen. Algunos modelos también ofrecen programas basados en el vapor, que se activan automáticamente al final del ciclo para reducir las arrugas en los tejidos y reducir a la mitad el tiempo de planchado.
Las secadoras han ido revolucionando los hábitos de secado y han resuelto el viejo problema de qué hacer con mal tiempo. Algunas secadoras también tienen programas a base de vapor que permiten refrescar nuestra ropa y la de los niños, tanto la que acaba de salir del armario como la que aún no ha sido guardada.
Al cambiar de vestuario, el secado es un punto que no hay que subestimar sobre todo si no se dispone de lavadora-secadora o secadora y, así, se tiende la ropa de forma tradicional y se está condicionado, inevitablemente, por la frecuencia de días soleados, que, además, en esta época del año son menos calurosos.
Para quien tiene un ropero bien surtido es una buena idea empezar el cambio de temporada unos días antes para no ser sorprendidos por la lluvia y/o el frío.
Armario ropero: los consejos de la abuela
Lo primero que hay que hacer es, por supuesto, abrir el ropero y sacar los vestidos de verano y colocarlos ordenadamente sobre la cama o donde resulte más cómodo.
Con el armario abierto, limpia los diferentes estantes y compartimentos para crear un ambiente fragante y saludable. Después de limpiar y refrescar el armario, guarda la ropa que no te vaya a servir prestando atención a colocarla con un cierto orden y sin arrugarla demasiado intentando colgarla de perchas de dimensiones adecuadas.
Para poder ser ordenados, es conveniente utilizar cajas de cartón o bolsas de algodón, materiales que, a diferencia del plástico, protegen contra los malos olores. Un consejo adicional es etiquetar cajas y bolsas para encontrar fácilmente lo que estamos buscando. Otro truco es utilizar los colores: la ropa, las bolsas y cualquier otra cosa de acuerdo con el color para que todo sea agradable a la vista y fácil de localizar.
Se debe prestar especial atención a la ropa de verano, como trajes de baño, toallas de playa, pareos y demás, que se deben lavar a fondo para eliminar los residuos de sal, arena o cloro y conservarlos intactos para el verano siguiente.
Para ganar más espacio, es posible utilizar el vacío, una técnica que te permite almacenar ropa o accesorios voluminosos sin ocupar mucho espacio.
Por último, es bueno tener cuidado al usar las bolsas a prueba de polillas y bolsitas de perfume para ropa interior como las de lavanda, por ejemplo, o bien, pastillas de jabón perfumadas aún cerradas.
El último consejo, pero no menos importante: tener cuidado de abrir el armario al menos una vez a la semana para cambiar el aire y mantener la frescura de la ropa el mayor tiempo posible.
Zapatos: cómo hacer el cambio de temporada
Los zapatos merecen un capítulo aparte, un elemento que, para muchos, es un verdadero objeto de culto, hasta el punto de tener gran cantidad de ellos.
Lo primero que hay que hacer, incluso en el caso de los zapatos, es seleccionar los que ya no vamos a usar y que, sobre todo en el caso de los niños, ya no se podrán utilizar debido al crecimiento del pie. Limpia las suelas y quítales el polvo o abrillántalos, según el material. Un buen consejo es colocar en la parte más accesible del zapatero los zapatos más adecuados para la temporada actual, colocando más a mano los que sean de la temporada correspondiente y luego invertir el orden con el próximo cambio de temporada.